Está de modo hablar estos días de la reforma educativa. La izquierda en sus diferentes modalidades asociativas, políticas y sindicales, se ha echado a la calle protestando por una ley que consideran (en un intento de erosionar su credibilidad) inspirada por la Iglesia y que viene a consolidar una desigualdad: una enseñanza para pobres y otra para ricos. Nada más falso y más lejos de la realidad: demagogia para consumo de las masas para calificar una ley que a mi juicio peca de demasiado modesta y que no viene a solucionar el grave problema de la enseñanza en España, la eliminación del principio de autoridad y la perdida de valor de conceptos como el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio. Claro que la sociedad española no está para estas filigranas después de una década de buen "rollito" alternativo y de gratis total.
La LOMCE,o ley de Mejora de la Calidad Educativa, como se ha dado en llamar a esta ley tiene como uno de sus objetivos fundamentales reducir las tasas de abandono escolar y el fracaso escolar, que en este momento se sitúa en España en un 30%. Ya incidí en otro artículo en el complejo tema del fracaso escolar y en sus múltiples causas y, aunque resulta complicado abordarlo con éxito, si que pueden paliarlo las reformas sustanciales de la Formación Profesional que a mi juicio eran necesarias dado la perdida de tiempo de una gran parte del alumnado en las aulas de Secundaria, sin alicientes para alumnos desmotivados, para los que la Historia o la Lengua Castellana suenan a cuentos chinos. La inclusión de una reforma de la Formación Profesional básica enfocada a los "jóvenes que tienen dificultades en completar el ciclo de la ESO" sin que suponga por ello "un itinerario cerrado" ni una "carrera secundaria", según ha detallado Wert era fundamental de cara a integrar cuanto antes a esos alumnos en la F.P. saliendo del aula ordinaria y acabar con los nefastos P.C.P.I. (rimbombantemente llamados Programas de Cualificación Profesional) que no eran más que el aparcamiento de alumnos problemáticos y lugar donde se obtenía un título con nula exigencia.A mi juicio, adelantar a los quince años la integración en la F.P. me parece a todas luces insuficiente y habrían de ser los catorce la edad adecuada dado el panorama que presentan ya en segundo las aulas de Secundaria y por otra parte esa F.P habría de sacarse de los centros educativos para instalarse en gran parte en el mundo de la empresa. Y aquí la ley trata el problema de la juventud española con realismo dado que se trata de integrar al alumno en el mundo laboral (de sintonizar la educación con la realidad laborar española) del que formará parte en un futuro próximo con unas enseñanzas realistas dirigidas al mercado de trabajo y no con soluciones utópicas como estudiar carreras sin ninguna salida profesional que aboga al alumno al paro y al descontento (leía no hace mucho que de 18.000 estudiantes de periodismo que tienen las facultades españoles, apenas si había trabajo para 800) lo cual, sorprendentemente criticaba uno de los curas del progresismo antisistema, un profesor interino, famoso de última hora, llamado Pablo Iglesias.
Otro punto importante, con el que estoy relativamente en desacuerdo, es la desaparición de la selectividad para implantar evaluaciones externas al finalizar ESO y Bachillerato. que será necesario aprobar para conseguir la titulación. Y tal vez no esté de acuerdo porque sea blando y considere que la enseñanza ya de por sí es dura y no necesite d más dureza aunque por otra parte, dada el deterioro de la enseñanza enlos centros públicos no está del todo mal. En Primaria la prueba se efectuará en tercero para medir la capacidad en lengua, escritura y cálculo y serán diseñadas por las comunidades autónomas en contra de las anteriores que serán competencia del Ministerio de Educación y se realizarán y corregirán por personal externo al centro. Esta prueba en Primaria no puntuará para nota pero sí servirá de indicativo para saber en qué hay que reforzar a los alumnos. Sí serán puntuables las 4º de la ESO y Bachillerato. Curiosamente, este punto de mi desacuerdo es el que contradice totalmente la filosofía socialista de que consolida dos tipos de enseñanza: la de ricos y la de pobres. Totalmente falso ya que si estas pruebas se estableciesen sólo los mejores y los más preparados son los que accederían a estudios superiores con independencia del nivel de renta y del centro de estudio. Otra cosa diferente es que digamos que entre las clases de renta superior hay mas oportunidades o que en los colegios privados salen los chicos más preparados, lo cual ha de llevar permanentemente a la Enseñanza Pública a una evaluación permanente del grado de calidad de la enseñanza que ofertan.
Me parece bien que las asignaturas se dividan en troncales, específicas y de libre configuración para garantizar ese núcleo básico homogéneo de contenidos en todas las comunidades autónomas ya que será el Estado el que fije esos contenidos, la forma de evaluación de las troncales y los criterios de evaluación de las específicas. Las autonomías, razonablemente. sólo tendrán libertad para definir las de libre configuración y las asignaturas sobre sus lenguas cooficiales. En este sentido alabo también las disposiciones en cuanto a lenguas cooficiales, disposiciones que ya el señor Arturo Mas se ha adelantado a declarar que era una OPA hostil contra Cataluña, hecho totalmente falso ya que no ataca la inmersión lingüística sino que reconoce el derecho de los padres a estudiar en castellano en cualquier comunidad autónoma española (según ha establecido en repetidas ocasiones el Tribunal Constitucional y que Cataluña se ha saltado a la torera alegando injustamente que son pocas familias las que lo solicitan) para lo que establece que los padres puedan acudir a un centro privado ( esto no tenía que ser así y se habría de obligar a Cataluña a modificar su ley) de modo que los costes corran a cargo de la Administración, descontándose de las transferencias educativas a las comunidades autónomas.
Uno de los caballos de batalla de la izquierda está en la decisión de que la asignatura de Religión sea evaluable y cuente en a nota media a todos los efectos- aunque no se incluirá en las evaluaciones nacionales-. Algunos, maliciosamente, consideran que la asignatura es obligatoria y lo presentan como el triunfo de la Iglesia lo cual es falso porque esta materia, que es obligatorio ofertar, tendrá una alternativa: "Valores Culturales y Sociales, en Primaria,y Valores Éticos en Secundaria, que cursarán los alumnos que no quieran religión (también pueden cursar las dos si quieren) y que será equiparable a la denostada Educación para la Ciudadanía, que desaparece pese al informe del Consejo de Estado, para incluir parte de su contenido en los contenidos trasversales de las diferentes materias y cuyo curriculum no era malo "per se" sino que le hacían malo algunas editoriales como Akal al establecer en los libros un malévolo maniqueísmo entre los malos- la derecha- y los buenos- la izquierda- y que en manos de profesores de extrema izquierda irresponsables e inmaduros nuestros hijos han tenido que sufrir en una formación política e ideológica escandalosa incluso para los que no teníamos esa forma de pensar.
Sobre la reforma de 4º de la ESO con la existencia de dos itinerarios: uno enfocado al Bachillerato y otro a la Formación Profesional, para convertirlo en un curso puente o pasarela sin integrarlo en Bachillerato porque "estructuralmente resultaba complicado y caro poner un Bachillerato de tres años en lugar de dos para los centros" (según palabras de Wert) me parece bien. Muchos alumnos no llegan a cuarto sino que llenan los cursos inferiores desmotivados y sin ninguna expectativa impidiendo el desarrollo de la actividad docente y los que llegan se ven obligados a cursar asignaturas comunes con contenido no considerado básico y de poca transcendencia para su formación personal y laboral en su proyecto de vida personal.
Sobre la autonomía de los centros de los directores con la exigencia de una mayor rendición de cuentas y una mayor transparencia me gustaría que los altísimos complementos que llevan aparejados los cargos directivos se tradujera en un horario completo de total disposición y no la misma jornada laboral que cualquier docente de base porque muchos de los problemas que los centros disciplinarios o de intendencia se prologan durante toda la jornada escolar e incluso más allá.
Sobre la financiación de la Reforma,el Ministerio intentará que en torno a la mitad del dinero que costarán los cambios (unos 200 millones de los 400 previstos en tres años) lo ponga la Unión Europea del Fondo Social Europeo. Sobre la memoria económica la implantación de la ley supondrá unos gastos en el primer año de 22 millones de euros, 130 en el segundo año y 255. Este dinero se destinará a costear la nueva F.P. y de los itinerarios hacia ésta y Bachillerato al final de la ESO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario