lunes, 4 de febrero de 2013

CRITICA DE CINE II


STAR TREK (EN LA OSCURIDAD)



 No he perdido mi gusto por el cine de ciencia ficción. Reconozco que he visto todos y cada uno de los capítulos de la serie en sus dos versiones, la protagonizada por Williams Shatner como el capitán Kirk, y la veinte años posterior en la que capitán Picard era interpretado por Patrick Stewart. Reconozco que he disfrutado en esas tardes de verano de mi juventud con Spock, Uhura, Suru, Sela o Worf. Reconozco también que tengo grabadas y he visto en el cine las diez películas que se han hecho sobre el universo trekkie y por supuesto no me podía perder esta última aunque estaba seguro de que mi acercamiento no iba a tener ya el entusiasmo de las primeras. Así que ayer, me acerqué al cine para ver la última Star Trek Into Darkness (Star Trek 2 porque es la segunda con los mismos personajes que aquella de 2009). La película, dirigida por el afamado J.J Abrams es un largometraje de la Paramount de gran duración (132 minutos) que cuenta entre sus protagonistas con Chris Pine (Kirk), Zachary Quinto (Spock) y Zoe Saldana (Uhura) y en la que tiene un pequeño papel el mítico Leonard Nimoy (Spock) en un salto hacia el futuro para buscar en él mismo una solución frente al arma de destrucción masiva que es el maligno Khan. La película narra la aventura del Entreprise que ha de enfrentarse a la terrible fuerza de Khan en la Tierra y en el mundo enemigo de los Klingon que supone la casi destrucción de la nave y la muerte de Kirk. De todo ello puede decir que me he divertido en una película muy bien resuelta con unos perfectos efectos especiales, una historia maravillosamente increíble en un más que increíble futuro, unos personajes cargados de humor e ironía, muy humanos en sus defectos y en sus actos de valor, un Kirk, arrogante, testarudo y valeroso y un Spock que deja ver su faceta más humana cuando ha de asumir el papel de salvador del desastre ante la muerte del capitán.

GUERRA MUNDIAL Z


 EMOCIONANTE Y SORPRENDENTE THRILLER DE CIENCIA FICCIÓN 
 Prometía en los anuncios de TV la película y como buen amante de los “thrillers” de ciencia ficción no podía dejar de verla porque tenía la sensación de que el actor estelar sólo se suma a los buenos proyectos y éste, como pude comprobar ayer, es muy bueno. Así que ayer tuve esa oportunidad y me desplacé hasta El Ingenio con ese fin. La película, dirigida por Marc Forster y protagonizada por el celebérrimo Brad Pitt y la joven actriz Mireille Enos, es un largometraje de 116 minutos de duración que no me aburrió en ningún momento y me mantuvo dando saltos en la butaca todo el rato. El relato gira en torno a una epidemia de muertos vivientes o zombis de origen desconocido que asola la Tierra y está a punto de exterminar a la raza humana por la virulencia de la plaga (seres de increíble rapidez y fiereza). Las Naciones Unidas piden la ayuda del experto agente Gerry Lane, que se ha salvado milagrosamente en Filadelfia con toda su familia, para que encuentre una solución. Una carrera contrarreloj y llena de peligros al límite le lleva hasta Corea del Norte, Israel e Inglaterra para buscar la cura a la pandemia y así poder salvar la vida de su familia y de todo el planeta. He de decir que después de ver la película me quedé con ganas de mas y me costaba salir del cine porque me había sabido a poco. Y es que entre sobresalto y sobresalto y cerrar los ojos en los momentos de máxima tensión me perdí algunas de las escenas más impactantes de la película, que alcanzó su climax cuando, al ruido de los altavoces que llaman a la oración musulmana, los muertos vivientes organizan una torre humana para salvar la gigantesca muralla y crear el caos en Jerusalén. La película, altamente recomendable, tiene un coctel explosivo de acción, intriga, terror, suspense y ciencia ficción que no dejará a nadie indiferente e incluso despertará la carcajada (nerviosa) en algún momento ante el tono de humor en el que está tratado algún zombi. Toda la película, dentro de su increíble historia, rezuma credibilidad en su narración y tiene un vertiginoso trascurrir que impide relajarse en ningún momento. Los personajes están dibujados con mucha corrección sin que en ningún momento nos dé la sensación de estar ante una mala película. En fin una película del mejor genero para entreternos y pasar dos maravillosas horas sin que sea de esas lentas, aburridas y cargantes, llenas de patética y agorera filosofía, sobre los peligros futuros de un mundo peor.

EL GRAN GATSBY 2013






La película, adaptación de la novela del novelista americano Scott Fitzgerald, no es ni mucho menos un "remake" de la película que se hizo en 1974 protagoniza por Robert Redford sino que es algo totalmente diferente, una película que rinde culto a la imaginación del director, menos realista y mucho más preciosista.

Podemos considerar la película como un gigantesco "flash back" permanente en la que el narrador Nick Karraway (Tobey Maguire) desde la consulta del psiquiatra rememora al personaje más extraordinario que hay conocido en su vida: el misterioso, y excepcionalmente rico Gatsby. La sugerencia del médico al narrador sobre la necesidad de escribir sus vivencias nos traslada a otra época, la de 1922, para convertirse en narrador en primera persona de los acontecimientos de este hombre tan fantástico, “el hombre más optimista que ha conocido nunca y que seguramente conocerá jamás” o aquel que “su sonrisa es una de esas sonrisas que encuentras dos o tres veces en la vida, una sonrisa que parecía entenderte y creer en ti justo como tú querías que lo hiciera”

A partir de aquí el director de esta coproducción australiana estadounidense de la Warner Bros de 143 minutos, Baz Luhrmann, nos introduce en el fantástico mundo de Gatsby (Leonardo di Caprio), obsesionado por recuperar el amor de su juventud, la bella, romántica, sensible y elegante Daisy Buchanan (Carey Mulligan), para la que ha creado un fabuloso mundo de sueños e imaginación, con la espera compartirlo un día y que se desmorona como un castillo de naipes ante el ataque de la realidad más grosera representada por Tom, marido infiel de Daisy.

La película que es una sugerente y original historia de amor resulta brillante, lujosa y preciosista con escenarios “glamourosos” y una recreación fantástica del Nueva York de los años 20 en la que en ocasiones he creído encontrar una cierta estética de cómic y una falsa recreación de ambientes a través de una banda sonora que intentan hacernos creer que es de época sólo aparentemente a través de los bailes y vestimentas pero que se torna de plena actualidad recurriendo a la música electrónica, incluso al hip hop, para meternos en escena.

La estética decadente se acompaña de un cierto sentido teatral a través del ritmo musical de las escenas como por ejemplo tres criados abriendo al unísono los balcones de la casa de Gatsby, la llegada de Gatsby a la casa de Karraway u otras muchas secuencias.

Los originales encuadres del cineasta buscan resaltar el sentido plástico de la obra y crear una cierta atmósfera artificial. La existencia en muchas secuencias de dos planos simultáneos del mismo hecho (el que ocurre en el interior y el mismo visto desde fuera) intenta resaltar no tanto la veracidad del relato como la búsqueda de sensaciones y la recreación subjetiva del mismo a través de la mente del narrador, que ha quedado vivamente impresionado por el personaje.

La película no defraudara a todos aquellos espectadores que acudan al cine en busca de belleza, amor y lujo, porque de todo ello la película tiene en exceso.

ARGO




ARGO: SOBERBIA
Poco más que decir de esta fabulosa película de la que ya se ha dicho todo en forma de innumerables premios, entre ellos, el óscar a la mejor película en este año 2013. Y es que la calidad o la brillantez de una película no se mide por su argumento sino por la inteligencia narrativa de su director. Y eso es lo que hace Ben Affleck en ella: un suceso político y real, aparentemente sin mucho argumento en manos de un director poco experimentado, se transforma en una soberbia película, en una lección de historia que nos mantiene sin pestañear y en tensión los 120 minutos que dura.
La acción se sitúa en el Irán de 1979 cuando la embajada de los Estados Unidos en Teherán es ocupada por seguidores del Ayatolá Jomeini para pedir la extradición del Sha de Persia, la CIA y el gobierno canadiense organizaron una operación para rescatar a seis diplomáticos estadounidenses que se habían refugiado en la casa del embajador de Canadá.


GANSTER SQUAD (BRIGADA DE ELITE) 2013




Película estadounidense más que interesante producida por la Langley Park Productions / Lin Pictures y dirigida por Ruben Fleischer de 113 minutos de duración y con un reparto estelar que rinde culto al mejor cine negro de los años cuarenta y cincuenta a los que me recuerda en su discurso narrativo y su estética, pero con mucha más descarnada violencia.

La película relata el primera persona la acción de un sargento de policía veterano de la II Gerrra Mundial que no se resigna a ver la ciudad en manos del crimen organizado, más concretamente en manos del mafioso judío Meyer Harris “Mickey Cohen” (Sean Penn) un antiguo boxeador sanguinario y sin escrúpulos que controla la ciudad, incluida su policía y sus autoridades. Con la ayuda del jefe de policía (Nick Nolte) organiza un grupo clandestino cuya misión es acabar con el poder del mafioso en la ciudad.

El reparto es de lujo y se dejan ver meritorias actuaciones. Aunque los personajes son más bien “clichés” que ya hemos visto en otras películas de cine negro, no carecen de personalidad propia y los diálogos bien cuidados así como una técnica narrativa pausada y de silencios en los momentos de intimidad nos ofrecen la dimensión también humana de cada uno de ellos. Exagera en teatralidad Sean Penn en la recreación de su personaje que recuerda en el maquillaje a los malvados de Dick Tracy y en los gestos histriónicos y exagerados al malvado Capone en la famosa película los Intocables de Elliot Ness, película que ve incluso en las escaleras del hotel en la que está atrincherado el judío antes del duelo final, traca de violencia que sugestiona. El superactor de moda y y siempre elegante Ryan Goslin hace ya el papel al que nos tiene acostumbrados, interpretando al policía duro Jerry Wooters de vuelta de todo que se enamora de la chica del gánster y arriesga todo por ella y por el grupo que ha organizado. El organizador del grupo, el sargento John O´Mara está interpretado por Josh Brolin en un papel muy sobrio siendo el que introduce el relato en primera persona en una técnica que me recuerda a la serie policiaca de Mike Hammer.

La película se ve con mucho agrado y en ningún momento aburre. Tal vez recuerde demasiado a otras películas del género pero se puede entender como una sobreescritura moderna que se ve con agrado y sin cansancio. Los escenarios están muy bien cuidados así como la banda sonora. Tal vez haya un exceso de violencia, pero contar en tan poco metraje una historia tan densa no permite otra cosa desde mi punto de vista. Los créditos del final me parecen magníficos.

EL PADRINO: ORGÍA DE PERFECCIÓN







Si digo que entre el domingo lunes y martes he participado en una orgía seguramente nadie me creería, pero si digo que mi orgía ha consistido en sentarme un total de 530 minutos frente al televisión, y quedarme totalmente patidifuso e impresionado, seguro que me entienden porque estos días he estado repasando esa saga llamada el Padrino en sus tres películas: la primera parte de 1972; la segunda, de 1974, y la tercera, del año 2000.

Emocionándome con la familia. Con don Vito Corleone viejo y joven (Marlon Brando y Robert de Niro), con Connie (Talia Shire), con Sonny (James Caan), con Freddie (John Cazale), con Michael (Al Pacino), con Hagen (Robert Duvall), con Vincent ( el jovencísimo Andy García) y tantos otros que pasaron sólo por esa película a la historia del cine (y a los que sus magistrales interpretaciones elevaron a la categoría de mitos) en una soberbia lección de cine del maestro de maestros Francis Ford Coppola sobre la novela de Mario Puzo.

He asistido totalmente rendido a una gran tragedia griega, brutalmente romántica, en tres actos, a la puesta en práctica de una manera total del sentido nietcheriano de la existencia y de la moral de los señores, a la filosofía de Maquiavelo aplicada a una historia familiar, que viene a ser la historia de los emperadores romanos, que comienza en Sicilia y que acaba en Sicilia en un gigantesco círculo de odios, sangre y asesinatos; La historia del encumbramiento de una familia de mafiosos que lleva en su mismo ascenso el germen de su autodestrucción ( la condena a muerte y ejecución de los amigos y familiares considerados traidores) y que cierra el círculo con la muerte de la hija de Michael, la angelical Mary Corleone (Sofía Coppola).

Secuencias magistrales, puestas en escenas soberbias, recreaciones del pasado fastuosas, complejidad narrativa, en especial en la segunda parte, que a mí se me antoja la mejor de toda la historia del cine, ritmo narrativo impresionante que alterna largas secuencias familiares, de increíble tensión e intensidad, con escenas de acción poderosas, en las que siempre late y da alma la banda sonora que todos recordamos, para alzarse con el título de obra cumbre del cine moderno.

En fin señoras y señores, dejen la costura, al amante, el mocho, la plancha; dejen el azadón, el tractor, los euros, la política, los terneros, las partidas de mus y el bar y siéntense, acompañados de un refrescante "gin-tonic"  a ver una obra maestra. Tal vez aprendan algo y logren elevarse un poquito sobre este estanque de ranas en este lodazal indecente. La vida tiene muchos caminos y no sólo de pan vive el hombre. Se lo aseguro.

EL HOMBRE DE ACERO: SUPERMÁN




UNA PELÍCULA BUENA Y ENTRETENIDA, TÉCNICAMENTE MEJOR QUE LAS PRIMERAS, PERO QUE NO PASARÁ A LA HISTORIA DEL CINE

Siempre fui admirador de Supermán. Sus tebeos hicieron la delicia de mis años de muchacho y no me perdí ni una sola de las películas que protagonizó Christopher Reeve a finales de los años setenta.
Ahora, muchos años después, he vuelto a ver la nueva entrega de Supermán de Zach Snyde: una revitalización de la saga que dará para algunas películas más y que se titula “El hombre de acero: Supermán”, con nuevos actores de primera fila y con una estética renovada, muy actual, basada en los nuevos gustos cinematográficos y en los adelantos en efectos especiales.
Sin embargo, la película, que he visto con mucho agrado, aún cuando me ha aportado una visión nueva del famoso superhéroe, no ha sido capaz de sorprenderme ni en su argumento ni en sus efectos especiales, que me sonaban a muy vistos en otras películas del género.
¿Qué novedades aporta esta nueva entrega a las películas de Supermán? En primer lugar, una nueva estética en relación al mundo del planeta Krypton (destruido por la sobreexplotación de su núcleo) que se asocia con esos mundos que hemos vistos en otras de ciencia ficción, incluyendo incluso dragones alados, que son usados como medios de transporte increíblemente fantásticos. En segundo lugar, una técnica narrativa no lineal que recurre a continuos "flash back" para indagar desde el presente en la infancia del personaje, establecido en la tierra como Clark Kent. En tercer lugar, unos actores famosos (que habrán de aportar espectadores a las salas): Henry Cavill (el nuevo Supermán), un actor inglés de bello rostro y muy musculado, que no despierta la simpatía que despertaba Christopher Reeve y al que se le ve distante y frío más como un alienígena que como un ser humano, y ésta quizá sea una novedad de la película ( en efecto, se intenta contar sus problemas de adaptación y sus conflictos interiores en varias tomas en las que el director nos muestra algunos detalles de su infancia, pero no se logra dibujar de forma profunda el carácter humano del personaje, que se presenta con la edad de Cristo y con la misma idea de redención de la Humanidad que él tenía- según palabras de su padre Jor-El- y enviado con ésta idea a la Tierra, sacrificado por el bien de Krypton para buscar la redención de su raza en ese mundo lejano- lo cual no me queda muy claro-). Sale también Russell Crowe, actor de moda, en el papel del padre de Supermán, y que a mi particularmente me resulta vomitivo, con ese aire de superhombre inexpresivo y sobrado que tiene en todas sus películas (aunque quizá le venga bien en la interpretación de Jor-El). Me gustó mucho más la interpretación de Kevin Costner en el papel de padre adoptivo, que dota a su personaje de humanidad en esa forma tan natural que tiene el actor de mostrarse ante la cámara.
La película tiene otras muchas novedades: no aparece la Crytponita ( ese metal que volvía vulnerable al personaje), la base polar se ha transformado en una nave espacial en la que el superhéroe encuentra su origen y su misión en la tierra, y no juega con los equívocos de Lois Lane en el conocimiento de Supermán porque cuando entra a trabajar en el Daily Planet ya establece una complicidadd con el personaje.
En general me ha parecido una película desigual. Me ha gustado la recreación de Crypton (aunque he estado como en un “deja vu” permanente,) me ha gustado también el nudo narrativo en el que se presentaba al personaje porque tenía profundidad y complejidad dramática, pero me ha decepcionado el final con ese derroche de violencia y efectos especiales: un espectáculo de destrucción en su lucha contra el general Zod (que viene de Krypton para buscar un acomodo para su raza en una Tierra en la que no cabe el ser humano), muy del gusto del nuevo espectador de cine, que ha hecho que tenga un final previsible y típico de cualquier película de acción de esas que acostumbran a ver los jóvenes que acuden al cine sin pretensiones.
En la película sólo me pareció incongruente el tema del general que trama una conspiración en Krypton, que es sofocada cuando ha conseguido controlar el Consejo y que es condenado a hibernar eternamente cuando en un mundo al que le quedan horas hubiera sido mejor dejarle morir en él.

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