Esta mañana hicimos la ruta del río Chíllar, en Nerja, dirigidos por mi vecino Fernando, un amante de la naturaleza y de las actividades al aire libre. Nos recomendó ir bien calzados con zapatillas deportivas porque, aunque el recorrido es sobre el lecho inundado del río, éste es muy pedregoso y el caminar con calzado más ligero resulta imposible. Yo me equivoque y usé chanclas de modo que, aunque llevaba las deportivas en la bolsa, el trayecto se me hizo ciertamente dificultoso. El paraje me pareció sorprendente aunque de una dificultad superior a la inicialmente prevista porque pasamos de la primera poza y continuamos río arriba. El trayecto de 13 km ida y vuelta nos llevo toda la mañana: iniciamos el recorrido a las diez y hasta las tres no estábamos de vuelta en los coches.
El Chíllar es un río costero del sur de España, localizado entre los términos municipales de Nejar y Cómpeta, que nace en la sierra de Almijara y forma parte del parque natural de las sierras Tejeda, Almijara y Alhama. Tiene una fuerte pendiente por su nacimiento cercano al mar Mediterráneo (a 17 km) y es un lugar muy popular entre amantes de la naturaleza por eso es fácil encontrarse en los meses de verano con decenas de senderistas de todas las nacionalidades que recorren el trayecto desde Nerja para remontar el río y ascender por él unos cuantos kilómetros. El cauce se encajona en estrechas gargantas (los famosos cahorros o pasillos de roca de más de 60 metros de altura y 300 metros de largo) de mármoles dolomíticos, calizas y una profusa vegetación de espinos adelfas, juncias y pinos.
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